Siempre he pensado que hay gente para todo y que cada vez que aparece una nueva moda, por muy loca que me resulte a mí, encontrará adeptos. En parte eso es también diversidad, y la diversidad está muy bien casi para cualquier cosa, siempre y cuando no se confunda eso con tener libertad para hacer y deshacer lo que te dé la gana sin tener en cuenta los derechos de los demás. Dicho de otro modo: tú puedes ser vegano y yo puedo respetarte pero déjame a mí que coma carne si me da la gana.
En este sentido, y sin pretender ofender a nadie, siempre he pensado que era una persona bastante sencillita: no creo en la espiritualidad, no sigo ninguna religión y me guío, básicamente, por lo que mi mente y corazón dictaminan, sin embargo nunca puedes ser tajante en nada y decir que nunca harías algo, o nunca creerías en algo porque puede que si pones la mano en el fuego te acabes quemando.
Algo así me ha ocurrido a mí y no me arrepiento de haberme dejado arrastrar, aunque reconozco que antes de vivir la experiencia era totalmente reticente a este mundo. Hace unos meses una amiga, muy insistente, me pidió que la acompañara a un curso de Maite Domenech, una de las eminencias más consagradas que tenemos en España sobre el tantra. Al principio me negué pero acabé cediendo y ahora mi mundo es todo un despertar de sensaciones. Cada día tengo algo nuevo que experimentar y eso es una auténtica maravilla que no había tenido oportunidad de vivir desde que era una niña.
No confundamos las cosas
Hace ya muchos años que el sexo tántrico está de moda en nuestro país pero suele confundirse con “el placer por el placer” más que con lo que realmente es y eso es algo que hay que ir intentando comprender para ayudar a la gente a salir del error. El sexo tántrico forma parte de una filosofía de vida llamada Tantra que surgió en Oriente hace más de 4000 años y lo sexual es sólo una pequeña parte de ella. Esta corriente se fundamenta en cuatro pilares básicos: aceptarse a uno mismo y a los demás tal como con, estar presente en todo momento con los cinco sentidos, expresar lo que sientes y piensas, y vivir siempre en un movimiento armónico y fluido, o lo que es lo mismo, alcanzar el equilibro en todos los ámbitos. Esto llevado al ámbito sexual no es más que acompasar tu energía y tus ritmos con los de la otra persona para poder fluir en armonía.
Lo que hay que dejar claro es que esta práctica sexual está llena de mitos y de falsas creencias. Hay quien dice que sólo con que dos personas se miren a los ojos pueden tener un orgasmo, o que para practicarlo se requiere de horas y horas, o que su único objetivo es retrasar la eyaculación. Incluso, en ocasiones, se confunde también con el Kamasutra y, todo ello, es Falso o Erróneo. La meta no es el orgasmo en sí, sino la energía sexual que transmiten los dos cuerpos y aprender a disfrutarla. Yo estoy en una nube… os lo juro, es como darte cuenta, de pronto, de que todo lo que te rodea puede influir en las sensaciones que tienes y transmites a los demás, desde un roce inocente a un desconocido al subir al autobús hasta una sonrisa o una mirada recibida mientras caminas por la calle. Todo puede ser influenciable e influirte a la vez de alguna manera.
Por ejemplo, ¿No os ha pasado alguna vez que os presentan a alguien por primera vez y, por su forma de mirarte, crees que le has caído fatal? es una sensación, algo que se sabe pero no puedes explicar bien porque es indescriptible. Pues esto es lo mismo. De alguna manera empiezas a sentir y notar cosas que provienen de todas partes, de objetos, de personas, de olores, de sentimientos… y no puedes parar esa explosión de sentidos. Es como un bomnbardeo continuo y me encanta.
Debería probarlo todo el mundo antes de decidir si quiere vivirlo o no… ¿Lo habéis probado alguna vez? Contadme vuestras experiencias….