Hoy os escribo para compartir con vosotros un truco estupendo para ahorrar energía en el hogar y, a consecuencia de esto, dinero también en nuestras facturas. Es posible que os haya pasado alguna vez aquello de que tiraros de los pelos cuando llegan las facturas de luz. No creo que a nadie no le haya llegado a pasar nunca. Pues yo no soy diferente. En mi casa tenemos niños pequeños, así que normalmente intentamos que la temperatura de la misma esté al menos a 21 grados. Pero esto no es baladí a la hora de pagar en las facturas de gas y luz. Comentado esto con una amiga, ella misma fue la que me dio el consejo, así que he de deciros que hoy no me puedo atribuir el mérito de este truco. Mi compañera de trabajo Ana me explicó que a ella le ocurría algo similar, y que optó por llamar a la compañía Toldos Clot, que es una empresa familiar de toldos que se encuentra en Barcelona, para que allí la asesoran.
Y caramba si lo hicieron. No solo aprovechó mi amiga la ocasión para colocar toldos en su casa, sino también para poner estores. Y detrás de ella, viendo los estupendos resultados obtenidos en cuanto a términos de ahorro de energía, fui yo.
Está claro que al principio es una inversión, que no vemos el ahorro al momento, de hecho, lo que realmente vemos es el gasto que tenemos que hacer para poner esto en nuestra casa, pero a la larga funciona estupendamente. Os lo explico.
Fundamental para mí han sido los estores especialmente en el invierno. Con ellos bajados, y medidos de tal forma que tapen completamente el perímetro de las ventanas, evitamos que el calor se escape por las mismas. De esta forma, nuestra caldera no tendrá que sufrir tanto para ponerse a la temperatura elegida y, sobre todo, mantenerse. Y así es como ahorramos en gas, gasóleo o luz. Además, yo para mejorar el rendimiento de esto hice otros truquitos mucho más sencillos y baratos que dan también muy buenos resultados. Por ejemplo, en el salón tenía un par de radiadores que daban a la pared de la fachada, es decir, que el calor se escapaba mucho por detrás. Pues para conseguir que ese calor no se esfumase, compré en un centro de bricolaje unos paneles reflectantes que se pueden poner detrás de los radiadores. De esta forma, el calor que irradian los calefactores es rebotado por el panel, de forma que en lugar de escaparse por detrás se va hacia el centro de la sala, por la parte delantera. Asimismo, es también clave que controlemos que nuestras ventanas cierran a la perfección y que no hay hueco por el que se escape el calor o entre el frío. Si no lo tenemos claro, podéis copiar el otro truco que yo empleé. Ahí también fue muy sencillo. Me bajé a una ferretería que hay al lado de casa y compré unas tiras adhesivas que tienen una especie de pelito que hace de aislante cerrando todo el espacio que pudiera quedar libre.
¿Y qué me decís del verano? Pues igual que ese refrán que dice que lo que tapa el frío tapa el calor, tenemos los estores para eso. Pero hemos de decir que lo que realmente influye aquí es tener unos buenos toldos. Este tipo de armazones impiden que la luz solar nos dé directamente en casa y entre el calor, contemplando así un mayor gasto de energía si queremos estar fresquitos en el hogar y para ello necesitamos poner en marcha el aire acondicionado. Asimismo, el ahorro no solo se contempla en energía, sino también en el suelo de parquet, por ejemplo, y en los muebles de madera, que sufren muchos daños al ser radiados directamente por la acción solar.
Ya lo veis, ahorrar es muy sencillo con unos ciertos trucos que nos dan bienestar y que reducen las facturas de nuestro hogar, especialmente en tiempos como los de ahora, donde cada céntimo cuenta a final de mes.