¿En qué tipo de listado de normas sociales pone que una mujer de clase media no pueda tener los mismos gustos o caprichos que una mujer de la Alta Sociedad o el famoseo? Es posible que yo no pueda comprarme unos zapatos de Gucci, Christian Louboutin o Louis Vuitton, y tampoco tendré jamás un bolso de Prada o de Chanel, pero eso no significa que no pueda tener una gran colección de zapatos y bolsos de 20 euros, ¿o no?
Estoy cansada de que familiares y amigos que vienen a casa y se interesan por mi colección acaben diciéndome que debería “hacer limpieza” o “deshacerme de algunos”. Obviamente, cuando tengo un par demasiado desgastado soy la primera que los tira a la basura, pero eso me sucede poco porque como tengo tantos y los voy combinando me suelen durar muchos años.
Hace cosa de un año, más o menos, encargué un armario especial a los profesionales de Sidón Armarios para guardar mi colección de bolsos y zapatos. Tenía que ser muy grande para que me cupiera todo y eso fue un problema porque no tengo demasiado espacio en mi dormitorio, así que acabé instalándolo en una habitación que tengo contigua y que uso como sala de estar. Dudé mucho entre estos armarios con correderas y este tipo de vestidores de diseño, pero al final me decanté por los armarios con puertas correderas porque hacer un vestidor de diseño me salía por un ojo de la cara. El caso es que ahora, además de un armario donde guardar cosas, podríamos decir que es como mi vitrina de coleccionista: no es de cristal, no está en el salón y no la exhibo, pero es mi espacio de colección y me encanta. Es mi nuevo lugar favorito de la casa.
Pocas preferencias, muchos estilos
Tengo zapatos, botas y zapatillas de mercadillo, y no me avergüenzo porque dan el pego, son cómodos y gracias a que compro barato puedo seguir comprando más. Hace unos meses descubrí la tienda online Calzados Luz y desde entonces permanezco súper atenta a sus promociones y ofertas para ver si me puedo comprar unos zapatos Pikolinos, unos fluchos online o incluso unos Panama Jack. En cuestión de bolsos debo confesar que soy adicta a los Lugada, una firma de reciente creación (relativamente) que fabrica todo aquí en España pero no juega con los márgenes de beneficios que se proponen las grandes marcas y, por eso, sus bolsos salen mucho más económicos sin desmerecer en calidad.
Podríamos decir que no soy de grandes marcas sino de grandes productos y me toca muchos las narices cuando viene alguien a casa y me dice que debería dejar de comprar de esta manera, que no soy rica, así que vuelvo a la pregunta inicial: ¿En qué tipo de listado de normas sociales pone que una mujer de clase media no pueda tener los mismos gustos o caprichos que una mujer de la Alta Sociedad o el famoseo? No fumo, no bebo, casi no voy de viaje por falta de tiempo, no tengo hijos todavía ni a nadie que dependa de mí así que, ¿por qué no voy a poder hacer con el dinero que gano lo que me dé a mí la gana? Mi opción es mucho más sana que la de muchos de ellos que se gastan diez euros semanales en tabaco, 40 euros al mes. Yo me gasto 20, y no todos los meses, en unos zapatos. Al final, si lo pensamos, gasto menos que ellos ¿o no?