Hay quien dice que la tendencia principal va a ser la sencillez, básicamente porque las parejas millenial buscan lo práctico, original y sencillo, aunque eso no significa que no quieran una boda de cuento de hagas. Otros dicen que primará lo natural, lo rústico y los campestre, porque es una tendencia que nació ya hace un par de años y parece ir ganando adeptos cada vez más sin llegar a caer nunca del top tendencias. Y otros, por supuesto, optan por lo tradicional y clásico, aunque estos últimos cada vez son menos. En mi opinión, va a haber un poco de todo y no lo digo por no querer “mojarme” sino porque verdaderamente pienso que las parejas son, cada vez, más eclécticas y nunca se sabe por dónde te van a salir.
El sector clásico, tradicional, de princesa con vestido blanco, nunca va a desaparecer, sencillamente porque siempre va a haber un sector de la sociedad que siga buscando diferenciarse del resto de clases sociales, con menor poder económico. Para ello, buscan bodas ostentosas, de princesas y príncipes encantados, con celebraciones en grandes salones de bodas. Probablemente, toda la clase nobiliaria española, o su mayoría, buscará este tipo de enlace y sus imitadores, que siempre hay, y muchos, harán lo propio.
Las bodas de trajes pomposos no creo que vayan a desaparecer nunca, sobre todo mientras sigan habiendo celebraciones de boda religiosas por la Iglesia Católica porque ambos estilos van muy ligados. Ahora bien, es muy posible que no sean la mayor de las tendencias, no de un tiempo a esta parte.
Lo que sí es obvio que es tendencia es la boda rústica, campestre y natural donde priman las flores silvestres, paniculata en su mayoría, y las margaritas. De unos años a esta parte, los grandes salones de celebraciones se han cambiado por masías campestres, parajes naturales e incluso restaurantes chill out. Las parejas que optan por esta vertiente, lo hacen a sabiendas de que los trajes que lucirán no serán los clásicos que todos tenemos en mente, sino más bien de un estilo mucho más sencillo. Las parejas suelen llevar moda ibicenca, vestidos vintage, e incluso algún que otro diseño de pasarela muy sencillo, sin altos vuelos, y en el que suele predominar la gasa y la sencillez de la caída ligera.
Este tipo de boda suele celebrarse en el centro del país. Por algún motivo, las zonas de Toledo, Madrid, Valladolid y Castilla La Mancha suelen ser más propicias. De hecho, la empresa Mi Boda Con Rossini, expertos en catering para bodas cerca de Madrid, nos ha asegurado que han tenido que ampliar su radio de acción desde Ávila, hacia todas direcciones incluyendo la capital, porque fueron una de las empresas pioneras en especializarse en bodas campestres y la demanda de sus servicios era tan elevada que tuvieron que crecer a pasos agigantados.
A día de hoy son muchas las empresas que se dedican en exclusividad a este sector pero ellos siguen siendo todo un referente.
Y por otro lado, seguirá habiendo bodas sencillas, en las que los novios/as optan por reunir a un pequeño grupo de amistades y familiares cercanos con el fin de celebrar, en petit comité, una pequeña boca millenial.
Sin embargo, lo más interesante de este tipo de bodas, no es el número de invitados o la sencillez de cada apartado de la celebración, sino que los novios no quieren que su boda se convierta en una especie de recepción de regalos y, por ello, la mayoría de las parejas optan por no mandar tarjetón (con número de cuenta incluido), sino que buscan otros métodos más modernos para invitar a sus familiares, tales como vídeos, fotografías, canciones especiales o una simple llamada telefónica.
Las bodas 2019 van a estar marcadas por parejas que buscan mostrar su personalidad en cada celebración, por lo que ya no vale lo que quería la madre de ella o la abuela de él, y tampoco van a ir acompañadas de grandes viajes lujosos y costosos que luego tendrán que pagar poco a poco al banco. Los jóvenes de hoy buscan la aventura, tanto ene l viaje como en la boda, y son más “Mochileros aventureros” que príncipes y princesas. ¿Estáis de acuerdo conmigo?