Necesitas una personal shopper

Nuestra imagen refleja nuestra identidad. Es decir, somos lo que mostramos. Con la ropa y accesorios que vestimos estamos expresando nuestra personalidad y estado de ánimo. Algo tan importante para las depresiones. Debemos encontrar un estilo y colores con los que tú te identifiques. Son argumentos suficientes para dar un salto en la vida y buscar nuestro sitio. Algo que está limpio por fuera, también lo estará por dentro. Por eso, en un momento de mi vida que me vi en un túnel sin salida, contratar a un personal shopper fue lo mejor que pude hacer.

Así pues me puse en manos de Marta San Miguel, una de las más destacadas personal shopper de Madrid. Lo primero que hizo fue conocer mi cuerpo para poder destacar mis virtudes y disimular mis imperfecciones y así conseguir disparar mi ánimo, que desde la muerte de mi padre estaba por los suelos. Esto lo consiguió realizándome un estudio morfológico. Es decir,  un informe completo sobre el tipo de ropa que más va a realzar mi figura y además aprendí trucos que hacen resaltar mis puntos fuertes y disimular los débiles.

Estudio del color

Posteriormente llegó el momento del estudio del color. Para descubrir cuáles son los colores que mejor me sientan a mi tono de piel, cabello y ojos. Una vez supimos cuál es mi estilo, en función de qué es lo que mejor me sienta, de mis gustos y mi forma de ser, me realizaron una asesoría en el vestir. El asesor de imagen analizó mi fondo de armario y adaptó mi propia ropa a mi estilo personal. La verdad es que aquí me di cuenta que me había quedado en el siglo pasado. Tenía que abrir mi mente. Hubo mucho que eliminar y poco que conservar.

La personal shopper también me aconsejó qué prendas debía utilizar en cada momento del día, según qué ocasiones y cómo combinarlas. Y es que no es lo mismo ir a trabajar que salir a tomar una copa. Una vez puesto esto en orden, llegó el momento grande, irnos de ruta de shopping. La personal shopper me asesoró para ir a las tiendas en función de mis necesidades y ajustándonos siempre a mi presupuesto. Porque esa es una de las grandes dotes de este trabajo, saber amoldarte al bolsillo, ya que para comprar en tiendas de 1.000 euros todos valemos. Fue genial encontrar juntas la ropa que mejor me sentaba, pero también ahorrándome tiempo y dinero.

Maquíllate

Una vez controlado y dominado el estilo y ropa, es el momento de saber maquillarte. Por eso, una personal shopper también te puede asesorar. Existen cursos de automaquillaje, donde te enseñan a destacar tus puntos fuertes para que te veas más favorecida. La verdad es que mirarte al espejo y verte guapa, es una dosis de autoestima muy buena. Ahora cada vez que tengo un evento, me gusta contar con ella para asesorarme.

En definitiva, pon en tu vida una personal shopper para ayudarte a sacarte el mayor partido posible para que te sientas feliz por dentro y por fuera. Puedes ir probando con estas aplicaciones para móvil. Así podrás mejorar y estar como yo me encuentro ahora.

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