Ya lo decía Marilyn Monroe, y cuando lo canta una de las mujeres más bellas que han pasado por la gran pantalla no podemos menos que pararnos un momento a descifrar lo mucho que aporta a un look este tipo de accesorio.
Siempre me ha fascinado la joyería, me he interesado, tanto por los grandes diseñadores como por los menos conocidos y por el trabajo artesanal empleando diferentes materiales.
Cuando tenía tiempo libre lo dedicaba a formarme y aprender todo lo que pudiera sobre el tema, acudía a talleres y empecé a viajar buscando diseños de joyas que me cautivaran.
Lo cierto es que no es para menos, la joyería siempre ha formado parte de la vida de muchas mujeres, antaño representaba estatus social y conseguía que las mujeres se sintieran más seguras de sí mismas al lucir sus joyas favoritas.
Una buena joya resalta la belleza de la mujer que la luce y le ayuda a expresarse. Se trata de un objeto duradero que podrá darle un toque único y muy personal a cualquier look.
Las joyas también adquieren propiedades de auténticos amuletos y contienen las historias de varias generaciones familiares cuando se transmiten de madres a hijas.
Mi fascinación por la joyería me acompañó desde siempre, pero nunca hubiera imaginado el rumbo que tomaría mi vida junto con las joyas adecuadas. Todo cambión a partir de uno de mis viajes, un viaje a Nepal.
La joyería Nepalí
Una de las cosas que más me ha gustado de la joyería es su capacidad para transmitir el mensaje de toda una cultura, lo lleva impreso en las formas de sus joyas, en los colores y materiales que se utilizan.
En el caso de Nepal la joyería es todo un símbolo de su cultura, forma parte de su vestimenta, es un símbolo de su espiritualidad y una parte de sus vidas cotidianas.
Las piedras más comunes que podemos encontrar en las joyas nepalíes son la turquesa y el coral. El color de estas piedras está lleno de simbolismo. El turquesa simboliza el cielo y el mar, la amplitud del cielo del turquesa que simboliza el infinito, o la ascensión ilimitada de la mente.
Además de estos colores, entre las piedras más comunes que los artesanos nepalíes utilizan para confeccionar sus joyas están los rubíes y zafiros, así como joyas hechas con piedras semi-preciosas: amatista, ámbar, jade, ágata, granate, lapislazulí y cornalina.
Me gustó mucho aprender que muchas de sus joyas representan palabras en sánscrito. Palabras como el símbolo “Om”, que se incorpora al mundo de la joyería. El sonido “Om”, es el sonido de los planetas viajando por el espacio. Se trata de un sonido relajante y curativo. Por ello, se dice que en Nepal la joyería combina propiedades curativas.
Estaba tan fascinada con las joyas que había encontrado en esas pequeñas aldeas de Nepal que no pude evitar comprar varias para llevármelas. Pronto empezaron a ocurrírseme ideas inspiradas en estas joyas, y empecé una línea propia y de importación de este tipo de joyas.
No tardé en pensar en distribuirlas. Lo cierto es que gustaban mucho y terminaba vendiéndolas todas.
Poco a poco, el volumen del negocio aumentaba y me vi teniendo problemas para llevar la contabilidad, así que recurrí a los servicios de asesoría de tramitesfacilessantander, una asesoría con mucha experiencia en gestión de nóminas, trámites con la Seguridad Social, declaración y pago de cotizaciones y declaraciones fiscales y a la que recurrían la mayoría de mis amigos con negocios.
Sabía que iban a ofrecerme un asesoramiento objetivo y riguroso, y necesitaba delegar esta parte en unos profesionales, además no me daba tiempo de gestionar todos los temas tributarios por mí misma sin desatender otras partes de lo que parecía ser todo un negocio de joyería.
Lo mejor de todo es que nunca me había planteado vivir de aquello que tanto me gustaba, pero mi viaje a Nepal me dio la inspiración que me faltaba para empezar algo que llevaba mucho tiempo madurando en mi interior.
Las joyas nepalíes empezaron a formar parte de los looks de muchas mujeres y amigas que encontraban en mis diseños una forma diferente de entender el poder de los accesorios y la fuerza que tienen para complementar un buen look, así como su poder para realzar la belleza y seguridad de quién las lleva.