El mundo del cultivo se ha expandido considerablemente en los últimos años, especialmente entre aquellas personas que desean tener un control completo sobre lo que producen, ya sea para consumo personal o con fines comerciales. Los growshops han sido clave en este crecimiento, ya que proporcionan tanto productos como asesoramiento especializado para quienes buscan mantener sus cultivos de manera óptima. Detrás del éxito de muchos cultivadores se encuentran los secretos y recomendaciones de estos expertos, quienes dominan todos los aspectos necesarios para lograr plantas saludables y productivas.
¿Qué sustrato eligen para los cultivos?
El sustrato es uno de los pilares básicos para cualquier tipo de cultivo, ya que actúa como el medio donde las raíces se desarrollan y de donde las plantas obtienen los nutrientes y el agua que necesitan. Dependiendo del tipo de planta y del ambiente de cultivo, los expertos de los growshops eligen sustratos específicos para optimizar el crecimiento de las plantas.
Uno de los más recomendados es la fibra de coco, que destaca por su capacidad para retener agua y aire, lo que resulta muy útil para evitar problemas de encharcamiento y, al mismo tiempo, asegurar una correcta oxigenación de las raíces. Este sustrato es perfecto para quienes buscan un medio que proporcione tanto una buena retención de agua como una aireación adecuada, facilitando un crecimiento más equilibrado de las plantas. Además, la fibra de coco es un recurso sostenible y ecológico, por lo que estamos ante una opción ideal para aquellos preocupados por el impacto ambiental de sus cultivos.
Otro sustrato muy utilizado en combinación con la fibra de coco es la perlita, que es un material inerte que mejora la aireación y la estructura del sustrato. La perlita, al no aportar nutrientes, se utiliza en mezclas con otros materiales, proporcionando un soporte adicional al sistema radicular de las plantas, ayudando a que las raíces se desarrollen con mayor libertad y evitando posibles compactaciones del sustrato.
El humus de lombriz es otro sustrato muy eficaz, especialmente en cultivos donde se busca un aporte constante y natural de nutrientes. Este material orgánico mejora la estructura del suelo y lo enriquece con microorganismos beneficiosos, fomentando a su vez un crecimiento más vigoroso y saludable de las plantas. Para quienes buscan una alternativa ecológica y nutritiva esto es algo perfecto, y su uso está muy extendido en el cultivo orgánico.
¿LED o sodio?
La iluminación artificial es imprescindible en cultivos de interior, y existen dos grandes opciones que dominan el mercado: luces LED y lámparas de sodio de alta presión (HPS). La elección entre una u otra dependerá de varios factores, como el tipo de planta, la fase de cultivo y el consumo energético.
Las luces LED se están usando cada vez más en los últimos años debido a su bajo consumo energético y a la posibilidad de ajustar el espectro lumínico, adaptándose a las diferentes fases de crecimiento de las plantas. Por ejemplo, en la fase vegetativa es importante que las plantas reciban luz azul, mientras que en la fase de floración prefieren luz roja. Este tipo de iluminación, al emitir menos calor, reduce el riesgo de sobrecalentamiento en el área de cultivo, lo cual es especialmente útil en espacios pequeños o mal ventilados. Además, las lámparas LED tienen una vida útil muy larga, por lo que se convierten en una inversión rentable a largo plazo.
Por otro lado, las lámparas de sodio siguen siendo una opción muy valorada, especialmente durante la fase de floración, ya que su alta intensidad lumínica favorece el desarrollo de grandes flores. Estas lámparas son más económicas en términos de adquisición inicial, pero tienen un mayor consumo energético y emiten más calor, pudiendo requerir un sistema de ventilación más potente para evitar el sobrecalentamiento del espacio de cultivo. Los cultivadores que eligen este tipo de iluminación suelen hacerlo por su capacidad para producir flores más voluminosas y mejor desarrolladas, pero deben estar dispuestos a gestionar el calor adicional que generan.
En última instancia, también se puede contar con la solución de iluminación híbrida HPS-LED que combina las ventajas de las lámparas de sodio de alta presión (HPS) y los LEDs para optimizar el crecimiento en invernaderos. Las HPS ofrecen luz intensa y un espectro adecuado para la floración, mientras que los LEDs aportan eficiencia energética, una mejor regulación del espectro y menos emisión de calor. Al combinar ambos sistemas, se maximiza el rendimiento de los cultivos, ya que se aprovecha lo mejor de cada tecnología, y se reduce la huella de carbono al disminuir el consumo energético y prolongar la vida útil de los equipos.
Germinar semillas.
La germinación es el primer paso en la vida de cualquier planta, y aunque parece un proceso sencillo, requiere de condiciones específicas para que las semillas desarrollen adecuadamente. Los especialistas de growshops suelen recomendar métodos probados para asegurar una germinación rápida y efectiva.
Uno de los métodos más extendidos es el del papel húmedo, que consiste en colocar las semillas entre dos hojas de papel absorbente ligeramente humedecidas, y mantenerlas en un lugar cálido y oscuro. Desde Whole Green ES afirman que este método asegura que las semillas reciban la humedad necesaria para empezar a desarrollar su raíz primaria. Tras unos días, cuando la raíz alcanza un tamaño adecuado, se pueden trasplantar a su sustrato definitivo. Este método es sencillo y eficaz, pero requiere vigilancia constante para evitar que el papel se seque.
Otra opción recomendada es el uso de jiffys, que son pequeñas pastillas de turba que se expanden al contacto con el agua. Los jiffys ofrecen la ventaja de que las plántulas se pueden trasplantar sin necesidad de retirar la turba, lo que reduce el estrés para la planta y asegura una transición más suave al sustrato definitivo. Esto es ideal para cultivadores que quieren asegurar un comienzo robusto para sus plantas sin complicaciones innecesarias.
Los nutrientes.
El suministro de nutrientes es vital para el crecimiento de cualquier planta. Los especialistas de growshops dividen los nutrientes en dos grandes categorías: macronutrientes y micronutrientes. Los macronutrientes incluyen nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), que son los más importantes y necesarios en mayores cantidades, mientras que los micronutrientes, como el hierro, el calcio y el magnesio, son requeridos en menor proporción, pero son igualmente esenciales.
Durante la fase vegetativa, las plantas requieren una mayor cantidad de nitrógeno, ya que este promueve el crecimiento de hojas y tallos fuertes. En cambio, en la fase de floración, las plantas necesitan más fósforo y potasio para formar flores grandes y saludables. Los growshops suelen recomendar fertilizantes que se adapten a las necesidades específicas de cada fase de cultivo, ofreciendo productos especializados que aseguran un suministro constante y equilibrado de nutrientes.
Además, es esencial controlar la dosificación de los nutrientes. Un exceso de fertilizantes puede ser perjudicial y causar lo que se conoce como sobrefertilización, un problema que puede dañar las raíces de las plantas y provocar bloqueos en la absorción de agua y nutrientes. Por ello, muchos cultivadores prefieren utilizar medidores de EC (conductividad eléctrica) para asegurarse de que los niveles de nutrientes en el agua de riego son los correctos en todo momento.
Temperatura y humedad.
El control de la temperatura y la humedad es crucial para el éxito de cualquier cultivo. Las plantas son muy sensibles a las variaciones en estos dos factores, por lo que es importante mantener un ambiente estable.
Durante la fase vegetativa, la temperatura ideal durante el día se sitúa entre los 22 y 28 grados, mientras que por la noche puede bajar hasta los 18-20 grados. En la fase de floración, es recomendable mantener la temperatura ligeramente más baja para evitar el estrés en las plantas.
En cuanto a la humedad, debe ajustarse según la fase del cultivo. Durante el crecimiento vegetativo, una mayor humedad (60-70%) favorece el desarrollo de las plantas. En la fase de floración, sin embargo, es conveniente reducir la humedad (40-50%) para evitar la aparición de moho o enfermedades que puedan afectar a las flores.
EC: qué es y cómo la regulan.
El término EC se refiere a la conductividad eléctrica del agua de riego, una medida que indica la cantidad de sales o nutrientes disueltos en ella. Mantener el nivel adecuado de EC es fundamental para evitar problemas como la acumulación de sales en las raíces, lo que puede dificultar la absorción de agua y nutrientes.
Los cultivadores experimentados utilizan medidores de EC para controlar estos niveles y asegurarse de que las plantas reciben la cantidad justa de nutrientes. Si el EC es demasiado alto, significa que hay un exceso de nutrientes en el agua y puede ser perjudicial para las plantas. En estos casos, se recomienda diluir el agua de riego con agua limpia. Por el contrario, si el EC es demasiado bajo, las plantas podrían no estar recibiendo suficientes nutrientes y esto afectaría a su crecimiento y producción.
El control de la EC es especialmente importante durante la fase de floración, cuando las plantas necesitan más nutrientes para desarrollar flores grandes y saludables. Ajustar correctamente la EC garantiza que las plantas reciban exactamente lo que necesitan en cada etapa de su desarrollo.