Muchos aficionados a la música nos lanzamos a estudiar un instrumento cuando somos adultos. Los principios son complicados. Pero no hay nada que no se pueda superar con voluntad y constancia. Tal vez deberíamos haber empezado más jóvenes. ¿Cuál es la edad adecuada para comenzar a estudiar música?
Los expertos opinan que cuanto antes mejor. La infancia es la mejor época de la vida para iniciarnos en los estudios musicales. Nuestra mente está más abierta a recibir nuevos conocimientos y estos, perdurarán por más tiempo en nuestro cerebro.
De sobra son conocidos los beneficios que el estudio de la música proporciona a los pequeños. Hace que ejerciten la memoria, que aumenten la concentración y desarrolla su pensamiento lógico. Pero es más, el estudio de la música les educa en valores como la constancia, la disciplina y el trabajo en equipo. Sin contar con que la música les ayudará a aumentar su autoestima, puesto que percibirán los avances adquiridos de forma tangible.
La formación musical puede ser reglada o extraoficial. La formación reglada es aquella que se imparte en los conservatorios. Incluye el estudio de solfeo y de teoría musical. Una formación más completa que proporciona una visión más amplia de la música.
Sin embargo, muchos niños y mayores se introducen en el estudio de un instrumento sin seguir estos pasos oficiales. Lo podemos ver en el aprendizaje de la guitarra o de la percusión. No se puede decir que esta formación sea peor. La música forma parte de la cultura popular y hay grandes profesores de guitarra española, guitarra flamenca o guitarra eléctrica que apenas saben leer una partitura.
Utilicemos un sistema u otro, cuanto más joven comencemos a estudiar música, mejor para nosotros.
Los 8 años, la edad ideal.
La Revista Diapasón opina que la mejor edad para comenzar a estudiar música son los 8 años. De hecho, entre los 8 y 9 años está la edad mínima que aceptan la mayoría de los conservatorios. A esa edad, el niño tiene una madurez mental suficiente como para asimilar los conceptos complejos de la música y ha desarrollado una motricidad fina (dedos, manos) para manejar un instrumento.
Sin embargo, muchas escuelas de música proponen iniciar la formación a los 3 años. Esta revista musical dice que entre los 3 y los 7 años se imparte lo que se conoce como “Música y movimiento” o “Iniciación musical.”
A edades tempranas, el niño es una esponja que absorbe todos los conocimientos que se le proponen. Iniciando la formación musical cuando son pequeños, los niños asimilan el sentido del ritmo, de la entonación y la coordinación del cuerpo para hacer música.
Freddy, un percusionista profesional de origen colombiano que vive en Valencia, imparte clases de música a niños de 5 años. En sus clases les enseña a diferenciar una corchea de una semicorchea y de una redonda. Todo eso lo realiza con juegos de percusión, donde el niño golpea con dos cucharas objetos que puede encontrar en casa como una cacerola o un barreño de plástico.
El músico empezó poniendo en marcha su método para introducir en la música a su hijo pequeño. Pronto lo extendió a los amigos de la escuela, con el beneplácito de los padres. Hoy se ha hecho popular en el colegio de Ruzafa al que acude su hijo.
Freddy cuenta que los niños lo ven como un juego. Pasan la tarde con sus amiguitos, pero la aprovechan para aprender cosas nuevas que no les enseñan en el cole y después muestran a sus padres.
Jesús Rodríguez, profesor de trompeta en el conservatorio superior de Córdoba, opina que esta formación iniciática, entre los 3 y 7 años, hace que para los niños le resulte más fácil y natural iniciarse en el aprendizaje de un instrumento.
Piensa que de esta manera el niño aprende a socializar. A practicar música en grupo y pierden la timidez o el sentido del ridículo que algunos niños tienen al interpretar en público.
Lo importante en estos casos es que el niño debe tener voluntad por estudiar música. Debe ser algo que le guste. Imponerles a nuestros hijos el estudio de la música, sin que ellos estén convencidos, solo porque a nosotros, como padres, nos parece interesante, no es una buena decisión.
Métodos novedosos para enseñar música a los niños.
Enseñar a niños no es como enseñar a adultos. Los niños aprenden mediante el juego no mediante la memorización obligada. Es quizás esta razón, la que hace que algunos niños terminen desmotivados en conservatorios y escuelas de música.
Esto les da un bagaje, una experiencia acumulada y un prestigio que les permite desarrollar creadoramente nuevas técnicas de enseñanza musical.
En este caso, para diseñar el método Al Mozart, han participado profesores de música, psicólogos y pedagogos para crear un sistema de aprendizaje que motive a los alumnos, que conecte con ellos y que haga que no se aburran. Todo eso, al tiempo que no se desatiende la calidad en la formación.
Algunas de las características de este método son:
- Estimulación temprana. Se empieza trabajando con niños a partir de los 3 años.
- Cada semana, una experiencia.
- Múltiples actividades. Que hacen que la formación sea más divertida.
- Uso de medios tecnológicos. Los niños utilizan ordenadores y tablets para estudiar música.
- Aprendizaje global. Como sucede con la formación tradicional, la enseñanza musical parte de la teoría.
- Enseñanza trasversal con las materias que estudian en la escuela. Se relaciona la formación musical con materias como el inglés, impartiendo clases bilingües o como la geografía.
- Colaboración de las familias. La implicación de los padres en la formación de sus hijos es clave para reforzar su aprendizaje.
Sea como un hobby o como un ámbito en el que desarrollar una carrera profesional, el aprendizaje de la música desde edades tempranas es importante para el desarrollo intelectual del niño.
Grandes músicos que se formaron desde pequeños.
Si pensamos en un genio de la música que dio sus primeros pasos en la infancia, probablemente se nos venga a la cabeza Amadeus Mozart. A los 4 años comenzó a tocar el piano y un año más tarde, a los 5, compuso sus primeras obras. No es extraño que el método que hemos mencionado antes se llame All Mozart. Pero este no es el único caso.
El blog Busca Biografías nos cuenta que el músico Prince compuso su primera canción a los 7 años en el piano de su padre.
Prince, el príncipe de Mineápolis, el músico que revolucionó la música negra y el rock en los años 80 era hijo de John Lewis Nelson, pianista y compositor de Jazz y de Mattie Della, cantante de Jazz y Soul.
Como le sucedió a Mozart, sus padres eran músicos y, por tanto, vivió en un entorno rodeado de músicos y de música desde que era un bebé. Desde pequeño, Prince empezó a trastear con guitarras y teclados. Pronto aprendió a tocar los dos instrumentos.
A los 10 años de edad, sus padres se divorciaron. Pasó a vivir unas temporadas con su padre y otras con su madre y su padrastro. Conoció en este periodo a músicos de todo tipo y géneros musicales, que de una manera o de otra influyeron en él y le permitieron concebir la música más allá de los estilos.
Paco de Lucía, el gran renovador de la guitarra flamenca, fue otro músico que se inició desde edades tempranas. Su padre, Antonio de Algeciras, era un guitarrista flamenco que compatibilizaba su actividad en la música con la venta de frutas en el mercado de abastos.
A los 6 años de edad, Paco y su hermano Pepe, empezaron a recibir clases de guitarra de manos de su padre y de su hermano mayor, Ramón, que también era guitarrista flamenco.
Se puede concebir a Paco de Lucía, Prince y Mozart como niños prodigios. Pero lo cierto es que todos ellos se criaron en un ambiente donde la música ocupaba un puesto destacado y empezaron a estudiar música desde muy pequeños.
No quiero decir con esto que si tu hijo empieza a estudiar música desde niño se vaya a convertir en un genio, pero sí, eso le va a ayudar bastante en su aprendizaje musical.