Cada año unas 4.000 personas son diagnosticadas de celiaquía

La primera referencia a la celiaquía la encontramos en el siglo I d. C. en un tratado del médico Areteo de Capadocia. Un capítulo de esta obra se titula “La afección celíaca” y explica los síntomas. En 1908, el estadounidense Christian A. Herter comprobó que los nutrientes sin gluten se toleraban mejor que los hidratos de carbono. Christian publicó el primer libro sobre este trastorno sistémico. El diario La Vanguardia explica que la celiaquía «se trata de un trastorno sistémico de base inmunológica, causado por la ingesta de gluten y proteínas vegetales (prolaminas), que afectan a individuos genéticamente predispuestos».

Trece años después, Frederick Still explicó los efectos del pan: “Desgraciadamente, una forma de almidón [hidrato de carbono] que parece ser particularmente responsable en agravar los síntomas es el pan».

En 1950 el pediatra holandés Willem-Karel Dicke comprobó un descenso de casos de esta enfermedad, ya que la Segunda Guerra Mundial estuvo marcada por la carencia de harina de trigo.

La profesora Charlotte Anderson tras extraer almidón y otros componentes de la harina de trigo, informó que la masa de gluten es dañina para los celíacos.

En España entre un 1% y un 2% de la población es celíaca, por lo que puede haber entre 450.000 y unos 900.000 celíacos, además, cada año unas 4.000 personas son diagnosticadas de celiaquía. Aunque el 90% de las personas afectadas desconocen que la padecen.

El gluten es un conjunto de proteínas que están compuestas por prolaminas y glutelinas. Se utiliza en pastelería o panadería como aglutinante, para unir los diferentes ingredientes de productos.

El gluten está en los cereales como el centeno, trigo, cebada, avena, escanda, espelta, farro, bulgur, kamut, espelta verde, y triticale.

¿Cuáles son los síntomas de la celiaquía?

Hay más de 300 síntomas relacionados con ella y pueden variar según la edad:

En la infancia: irritabilidad, pérdida involuntaria de peso, diarreas, pelo frágil, retraso de crecimiento, trombocitosis, vómitos, náuseas, astenia, heces pálidas, apatía, problemas de comportamiento, defectos del esmalte dental y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

En la adolescencia: estreñimiento, dolor abdominal, anemia ferropénica, diarrea, lesión inflamatoria en la comisura del labio, primera regla tardía, artritis crónica juvenil, hepatitis, dermatitis atópica o epilepsia.

En la edad adulta: colon irritable, abortos, infertilidad, menopausia precoz, epilepsia, diarrea, apatía, irritabilidad, astenia, inapetencia, pérdida de peso, dermatitis herpetiforme, anemia ferropénica, osteoporosis, cáncer digestivo, transaminasas altas en el hígado o funcionamiento incorrecto de los nervios periféricos.

¿Cómo se detecta?

La celiaquía en adultos puede heredarse, es fundamental acudir al médico que le mandará un hemograma, un análisis de sangre que analiza tres tipos de células: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.

Es frecuente encontrar en la analítica de un celíaco pocos leucocitos (los glóbulos blancos), falta de hierro y pocas plaquetas, que son las células de la sangre que ayudan a coagularla.

Si se confirma en la analítica que el paciente puede ser celíaco, el médico mandará otras pruebas para diagnosticar esta enfermedad.
La pruebas son la serología, estudio genético y una biopsia intestinal.

También se detecta a través de la alimentación, es decir, si no tomas cereales y mejoras, tienes muchas probabilidades de ser celíaco.

Consejos para mejorar los síntomas

Los expertos explican que es importante evitar el consumo de todos los derivados del trigo, la cebada, el centeno, espelta, triticale y ciertas variedades de avena.

Los celíacos deben comprar alimentos sin gluten genéricos. Es aconsejable evitar los embutidos porque pueden contener gluten aunque en pocas cantidades.

Es muy importante consultar todas las dudas al nutricionista. Los profesionales de Centro Uno Alicante, un centro especialistas en tratamientos de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA).  explican que los nutricionistas ofrecen dietas específicas para problemas digestivos y sobrecrecimiento bacteriano.

El celíaco debe leer el etiquetado con atención, respetar la dieta y evitar la contaminación cruzada. El especialista puede recetar suplementos vitamínicos y minerales, para mejorar el estado nutricional.

Razones por las que no deberías quitar el gluten de tu dieta si no eres celíaco

La presidenta del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Cataluña, Nancy Babio, informa que indicar una dieta sin gluten a una persona que no tiene celiaquía «es imprudente e innecesario».

«Es imprudente porque las personas suelen consumir productos procesados sin gluten, que son más caros, llevan más azúcares añadidos y grasas que no siempre son saludables, e innecesario porque es como si una persona con la vista en buen estado usara las gafas graduadas de un miope», añade Nancy.

Las personas que no son celíacas deben saber que el gluten es beneficioso para la presión arterial y reduce los triglicéridos. Además, algunos estudios lo asocian a menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

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