Cuando dos personas dan el paso de enlazarse en matrimonio, en la mayoría de ocasiones, significa que, al menos en ese momento, creían que iban a pasar toda la vida juntos en una relación romántica. Sin embargo, por mucha fe que se tenga al principio, hay veces en las que, las relaciones se transforman y, a pesar de sentir un enorme cariño hacia esa otra persona, llega el momento de ponerle fin al vínculo para poder crecer de manera individual. Es algo natural y no significa que ya no queramos a nuestra pareja.
No hace mucho, el divorcio estaba prohibido en España. De hecho, no fue hasta el día 22 de junio de 1981 cuando se aprobó la Ley española de Divorcio. Entonces, se hizo posible la separación legal de dos personas casadas y, en la actualidad, es un proceso completamente habitual. Sin embargo, esto no significa que sea fácil. Como es obvio, separarse, muchas veces, es un trámite emocionalmente complicado y, es muy frecuente que esas dos personas no logren entenderse en todos los aspectos. Por este motivo, pueden darse conflictos de intereses o problemas personales.
Tal y como nos explican los abogados de Trámites fáciles Santander, el divorcio, legalmente, implica cuestiones tan complejas como: el cese de la vida en común; la extinción del régimen económico de bienes gananciales (si lo hubiere); la revocación si existiesen poderes recíprocos; el uso y disfrute de la vivienda conyugal, la patria potestad de los hijos, o la guardia y custodia de los mismos, estableciendo las pensiones que resulten de su particular situación familiar, de alimentos a favor de sus hijos y compensatoria a favor de uno de los cónyuges. Por este motivo, en muchas ocasiones, los implicados en una separación de este tipo, necesitan la ayuda de asesores o abogados para gestionar la complejidad de cada situación.
No obstante, en este post queremos ayudarte a que no tengas que llegar a este punto y el divorcio pueda darse en buenos términos. ¿Te interesa? Quédate a leer.
Reflexiona sobre la relación que te gustaría mantener a partir de ahora con esa persona
Aunque en este post vamos a tratar algunos consejos enfocados en alcanzar una amistad con la pareja, es posible que no sea lo que tú concretamente deseas. Y es que hay veces que los divorcios se dan por motivos crueles como la infidelidad, el maltrato o todo tipo de comportamientos que consideramos desleales. En ese caso, aunque siempre es positivo mantener cierta cordialidad, especialmente durante el proceso de divorcio, no debes forzarte a conservar una relación que puede ser tóxica para ti. Dejar ir, también es una manera de quererse a uno mismo.
Si realmente quieres tener una amistad con esa persona, recuerda qué es lo que te puede aportar
Tener una amistad con la expareja puede ser muy bueno, especialmente si tenéis hijos en común, ya que será positivo para su crianza. También conservarás un vínculo de apoyo que te quiere y te apoya, y que, a pesar de la separación, no dejará de ser tu familia. Es importante que seas claro/a con tus expectativas con respecto a la amistad. Si todavía sientes deseo sexual hacia esa persona, lo mejor es que mantengas ciertas distancias, ya que está claro que ya no tenéis ese tipo de vínculo. Si no es así, podréis comenzar a llevaros como dos personas que se quieren y se escuchan desde otra posición.
Comunícate con esa persona sobre tus intereses en el divorcio y colabora para que alcance los suyos
Además de ser claro/a con tus intereses en lo que respecta a la relación en sí misma, también debes dejar constancia de tus intereses en el proceso de divorcio en general. Es decir, en todo lo relacionado con la custodia de los hijos, o los bienes y patrimonio común. Este es un apartado muy personal, ya que cada pareja es un mundo. Sin embargo, en cualquier caso, lo más importante es fomentar una comunicación abierta para que la persona comprenda qué puntos son importantes para ti, y una escucha atenta y actitud colaboradora con los intereses de ella.
Aprende a perdonar, deja tiempo y confía
Es muy posible que, en el momento de la separación, aunque sea lo que más deseas, todavía no te sientes preparado/a para tener una amistad con tu expareja. Es algo completamente natural, ya que la costumbre de tener un vínculo afectivo-sexual, debe desaparecer, y es obvio que no lo va a hacer de un día para otro. Juntos tendréis que aprender a comportaros como amigos, y esto implica también perdonar los errores del pasado. El tiempo hará que podáis alcanzar la relación de amistad soñada. Confía en el proceso.
Acepta novedades
Hay ocasiones en las que, a pesar de que ya hemos aceptado el divorcio y ya mantenemos una relación de amistad con la expareja, las cosas se complican cuando empiezan a llegar novedades como una tercera persona o un cambio de comportamiento. Es normal, pero ser amigos/as, significa comprometerse con aceptar el nuevo rumbo de la expareja, respetarla y apoyarla.
Esperemos que estos consejos te hayan servido de ayuda. ¡Mucha suerte y ánimo!
