Si después de pintar las paredes de tu casa quisieras que el color y el acabado duraran por más tiempo, existen algunos métodos y técnicas para lograrlo, siendo lo más importante la calidad de la pintura.
Y es que el paso del tiempo suele ser un problema para la pintura, ya que van apareciendo manchas, rozaduras y se pierde el color o aparece un tono amarillento como consecuencia de agentes externos que afectan a la limpieza de la misma.
Los expertos en pintura de La Casa del Pintor, nos comparten algunos trucos para que el resultado de tu reforma se mantenga en el tiempo:
Prepara la superficie
Este es el paso básico para pintar paredes; y es que la correcta preparación de las superficies no sólo ayudará a que dure más la pintura, sino que también facilitará los trabajos y maximizará el rendimiento del producto.
Para preparar la superficie debes resanar hoyos y cuarteaduras; retirar cualquier resto de pintura vieja, lijar la superficie, y finalmente, limpiar los residuos con un trapo seco.
Planifica una estrategia para la mayor eficiencia
La técnica que te asegurará unos resultados más eficientes es trabajar desde arriba hacia abajo. Pinta grandes áreas primero y detalles últimos. Si se juntan dos colores, deja que el primer color se seque antes de aplicar el segundo color. Pinta las puertas de la ventana temprano en el día y el marco alrededor de la hoja por la tarde, o cuando la pintura se haya secado.
Aplica sellador
Luego, el primer recubrimiento que debes aplicar es el sellador, ya que este te da las condiciones ideales de adherencia para la pintura que elijas. Cabe acotar que es muy importante esperar a que seque correctamente antes de aplicar la primera mano de pintura.
No rebajes la pintura de más
Las pinturas de calidad están formuladas para ser aplicadas tal cual lo marca la cubeta o lata de pintura; por lo que si buscas más durabilidad y un mejor acabado, no debes mezclar la pintura con otras sustancias, ya que alterarás el producto y por ende, el color en tus paredes.
Aplica una capa extra de pintura
Una mano extra de pintura puede alargar la vida de los colores en tus paredes, la cual debes aplicar solo cuando la anterior capa haya secado correctamente.
Toma en cuenta el clima
El clima fresco y sin lluvia es el ideal para una aplicación más efectiva, pues no tienes que lidiar con factores como la humedad. Por ejemplo, el día ideal es uno en que la temperatura esté entre 15 y 25 (30)°C. No obstante, también es bueno tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Evita pintar bajo la luz directa del sol. Esto porque el calor seca la pintura demasiado rápido, lo que hace casi imposible evitar las marcas si tienes alguna falla o quedan muy marcadas las líneas de las brochas. De hecho, hasta se puede causar burbujas en la pintura, que se reseque demasiado e incluso que se pelen las capas de pintura nueva.
- Evita pintar en días de mucho viento. El viento también hace que la pintura se seque demasiado rápido, además que puede acarrear polvo y basura que se pegará directamente a la pintura fresca.
- No pintar cuando hay una probabilidad de lluvia. La lluvia podría arruinar completamente la pintura, haciendo que quede con burbujas, marcas de gotas de lluvia y un acabado horrible.
Utiliza el material adecuado
La aplicación de las capas finales de pintura no requiere mucho equipo más allá de lo que generalmente usas para raspar, pintar y dar texturas. Ya sean brochas o rodillos, cualquiera estará bien dependiendo de tus preferencias. También necesitarás unas cuantas latas de pintura de varios galones y una cubeta si necesitas hacer combinaciones.
Por su parte, la brocha es la mejor herramienta para pintar en paredes demasiado rugosas o con textura, mientras que para las superficies lisas, el rodillo hará los trabajos más rápidos. Además, los rodillos son buenos cuando se trata de áreas grandes y planas
No obstante, más allá de la herramienta que utilices, es importante que te asegures que sea de calidad, y cuidarlas adecuadamente. Por ejemplo, antes de comprar una brocha desliza sus cerdas contra tu palma, revisa que estén compactas y sean flexibles. Luego da un pequeño jalón, si al hacerlo no se desprende nada, estás frente a una brocha de buena calidad. Esto es importante porque justamente su calidad es la que te ayudará a que la pintura no seque en las cerdas y la puedas aprovecharla al máximo.
Elige una pintura lavable y acorde al espacio
Es muy importante elegir la pintura de mejor calidad para asegurarnos que mantenga su acabado por más tiempo, siendo la ideal una pintura fácil de lavar. Esta cualidad te permite frotar las superficies para eliminar cualquier mancha, sin que pierda el color.
También hay que tomar en cuenta que mientras algunos tipos de pintura son ideales para pintar los interiores, podrían no ser las más adecuadas para algunos exteriores, y es que no todas son iguales, y a su vez, los diferentes espacios no están expuestos a las mismas condiciones.
Por ejemplo, un esmalte con base agua es ideal para pintar las paredes de baños y cocinas, gracias a su alta resistencia a la humedad; mientras que una pintura 100% acrílica puede ser perfecta para pintar exteriores, gracias a su característica antihongos y también por tener alta resistencia a la intemperie, humedad y alcalinidad.
Evita estos problemas comunes
- Las marcas de pintura desigual aparecen en forma de áreas más oscuras y se originan por agregar otra capa de pintura sobre pintura ya seca. Para evitarlas, trabaja rápidamente y pinta en secciones lo suficientemente pequeñas para que el área pintada anterior permanezca húmeda hasta que quede uniforme. Si te quedan algunas marcas en la primera capa, la segunda capa probablemente las cubrirá.
- Las marcas de la brocha que quedan al principio y al final de un brochazo completo son un problema muy común. Sin embargo, se puede evitar fácilmente si comienzas cada trazo de brocha en un área sin terminar, en un borde, o contra el adorno de una puerta o ventana y luego corres el trazo hasta la terminación, moviendo el cepillo de arriba hacia abajo con los mismos movimientos. Además, debes estar atento a que si detienes la brocha repentinamente, dejarás pintura adicional, que aparecerá como una marca de pincel o un punto más oscuro.
- Puedes evitar los goteos, las carreras y los hundimientos mediante la vigilancia constante. Mantén revisiones de tu trabajo a medida que avanzas, prestando especial atención a las esquinas interiores y los bordes donde es probable que la pintura se acumule y se corra. Si la pintura no ha comenzado a secarse, quita el exceso con una brocha. Si ya está seca, puede lijar con papel de 100 granos y retoque el lugar con pintura fresca.
¿Cuál es la pintura con mayor durabilidad?
Como dijimos anteriormente, podemos asociar las pinturas de mayor durabilidad a las más lavables, no solo por su capacidad para poder limpiar y renovar el soporte, sino porque son las que más lo sellan y le dan más resistencia frente a agresiones externas.
Por ejemplo, estas pinturas son una excelente opción para habitaciones infantiles o lugares con tendencia a acumular más suciedad en las paredes, pero también lo son para todos los interiores, ya que no solo se trata de eliminar manchas fácilmente, sino poder contar con una pintura que aguante el paso del tiempo y que presente una gran resistencia a la suciedad, las manchas, rozaduras y pérdidas de color.
Por lo general, las pinturas más lavables son las que presentan acabados satinados, ya que el poro de la pared queda cerrado y, con esto, se evita que la suciedad penetre en el interior, convirtiéndola en la opción más resistente a las manchas y más fácil de limpiar.
No obstante, no solo se trata de elegir la pintura más fácil de limpiar, sino saberla lavar para aprovechar al máximo su característica de durabilidad.
El mantenimiento de la pintura lavable no sólo debe hacerse cuando aparece una mancha concreta, sino que debe realizarse un mantenimiento periódico. Lo bueno, es que se pueden obtener resultados óptimos con unos sencillos pasos:
- Se puede limpiar las paredes cubiertas con pintura lavable retirando las partículas de polvo que pueden ir acumulándose con un plumero suave.
- Cuando aparezcan manchas o se quiera limpiar la pared de forma más intensiva, primero se debe retirar el polvo y, a continuación, limpiar la pintura lavable con agua y jabón o un producto específico para limpiar paredes, con la ayuda de un paño o una esponja suave.
- Si aparecen rozaduras leves sobre la pintura lavable, se pueden eliminar mediante un borrador de lápiz.
- Si aparecen marcas causadas por muebles y otros objetos que entran en contacto habitualmente con la pared, se debe realizar una limpieza periódica de la zona que elimine dichas marcas.
- Al limpiar, es importante retirar los objetos o muebles en contacto con la pared.