El avión es el medio de transporte más seguro del mundo para mucha gente… y también la mejor manera de hacer turismo. Y eso, en España, para qué nos vamos a engañar, nos viene de perlas. Buena parte de los turistas que nos visitan proviene de países como el Reino Unido o Alemania, que no están demasiado lejos de nuestra geografía, pero el mejor medio de transporte siempre va a ser el avión para llegar al destino lo más rápido posible y sacarle el máximo partido que sea posible a nuestras vacaciones. Eso nos exige cuidar mucho de nuestros aeropuertos, algo que en España estamos haciendo a la perfección desde nuestro punto de vista.
A lo largo de las últimas décadas, las diferentes instituciones públicas de nuestro país se han gastado una buena cantidad de dinero en aclimatar y hacer cómodos a los aeropuertos situados en sus territorios. Esta era una de las grandes necesidades de las que se disponían para aumentar la capacidad de España para atraer a turistas de todo tipo. Podemos decir, analizando los datos que hemos obtenido en los últimos tiempos, que ha funcionado de lo lindo apostar por nuestros aeropuertos. Sin duda, esa ha sido una gran noticia para nuestros intereses y esperamos que siga siendo tan real como la vida misma. Estamos convencidos de que así va a ser.
De acuerdo con un estudio realizado por Statista, llegaron a España en el año 2022 más de 59 millones de turistas internacionales por avión, que es bastante más de la mitad de los que tenemos (de hecho, es casi tres cuartas partes de todos los que vienen). Solo ha habido cuatro años que superen esta cifra en lo que va de siglo, que fueron los cuatro años anteriores a la pandemia. Como podéis ver, volvemos a estar en la senda del crecimiento tras el coronavirus y estamos plenamente convencidos de que va a producirse un sorpasso al registro más alto, que es el del año 2019 y que se sitúa en torno a los 68’7 millones de turistas internacionales. No estaría nada mal, ¿no os parece?
El portal web Statista también analizó en otro estudio el medio de transporte de acceso de los turistas internacionales a nuestro país en el año 2022. Aquí, el que gobierna claramente es el avión, con más de 59 millones de personas que accedieron por esta vía. La segunda posición fue para el medio de transporte terrestre, por carretera. Ni que decir tiene que el avión siempre va a ser la alternativa idónea porque va a permitir ahorrar mucho tiempo a la gente que venga, con independencia de que proceda de países cercanos o desde la otra parte del mundo. No cabe la menor duda de que esa inversión en aeropuertos de la que antes os hablábamos está totalmente justificada y ya está más que amortizada a día de hoy.
No es de extrañar que seamos el segundo país más visitado del mundo. No es para menos. Si tenemos en cuenta todas las cosas de las que se pueden disfrutar en España y, además, tenemos unos aeropuertos de primera categoría, lo lógico es que nuestro país gane turistas año a año, que es lo que ha venido ocurriendo en los últimos tiempos como habéis podido ver en la página web de Statista. Somos un país que ha tenido la oportunidad de convertirse en una referencia en muchos sentidos y que no ha dejado escapar esa oportunidad. Eso habla a la perfección de nosotros y pone de manifiesto que hemos escogido el camino adecuado.
Un aeropuerto se ha convertido en uno de los lugares que proporciona una cantidad más grande de puestos de trabajo. Y no solo lo es, por supuesto, por las tiendas que hay en su interior, sino también por todo lo que tiene que ver con su seguridad. Hay muchas personas interesadas en conocer más de cerca este asunto y obtener algún curso o certificado que tenga que ver con ello, según nos han hecho saber desde Facilities Airport, una entidad especializada precisamente en la formación relativa a la seguridad aeroportuaria. Está claro que una actividad como esa es fundamental para garantizar en todo momento la normalidad en un centro como lo es un aeropuerto y también es imprescindible para que un país disponga de una imagen intachable.
Gracias a cuestiones como de las que estamos hablando también es posible hacer de la comodidad de los pasajeros algo mucho mejor. Todo el mundo tiene en cuenta que su viaje, tanto de ida como de vuelta, sea placentero y que no haya nada que lo haga más pesado. Apostar por la seguridad del vuelo y de todo lo que sucede en el interior del aeropuerto es básico. Mucha gente puede haber disfrutado de unas vacaciones perfectas en España, pero si se va con el sabor amargo que está directamente relacionado con las incomodidades o retrasos de un vuelo, la experiencia puede no resultar todo lo gratificante que estaba siendo.
Todos y todas hemos pasado por un aeropuerto en alguna ocasión y somos plenamente conscientes de lo que importa que no haya ningún tipo de problema con la seguridad y con el hecho de que todo vaya con normalidad. Eso no ocurre porque sí, sino que depende de todas y cada una de las personas que velan por la seguridad del aeropuerto y de cada una de las personas que trabajan en él y de los pasajeros que van a coger un vuelo o que acaban de aterrizar. En un lugar como del que estamos hablando, que parezca que no está pasando nada es precisamente lo que tenemos que conseguir en todo momento.
Un centro todavía más grande que una estación de tren o autobuses
Los aeropuertos son, quizá, el lugar en el que más personas se reúnen a lo largo del día en una ciudad. Teniendo en cuenta la cantidad de vuelos que despegan y aterrizan en un único lugar y la capacidad de cada uno de los aviones que los llevan a cabo, nos parece lógico y normal que estemos hablando de un aeropuerto como un centro de concentración masiva de gente. También estamos hablando de un sitio en el que cada vez hay más tiendas, por lo que no solo debemos contabilizar a los pasajeros que vienen o van, sino a los empleados y empleadas de todas esas tiendas a las que nos estamos refiriendo.
Hay lugares en los que ocurre algo parecido a los aeropuertos. Nos estamos refiriendo, como no podía ser de otra manera, a las estaciones de tren y autobuses, que también tienen tiendas y que también implican la llegada y salida de un gran volumen de viajeros. No obstante, nada tienen que ver, en el caso de la ciudad de Madrid, estaciones como la de Méndez Álvaro o Atocha con el aeropuerto de Madrid – Barajas. Este último tiene un volumen de gente mucho más grande que las otras dos alternativas y no cabe la menor duda de que, por tanto, lo que necesita en estos casos es una seguridad mucho más numerosa y eficaz.
No nos cabe la menor duda de que todo lo que tenga que ver con la implementación de una seguridad mucho más potente va a ser bien visto por todas las personas que suelen usar el aeropuerto. La verdad es que, como decíamos antes, no hay nada que pueda hacer que nuestra imagen como país sea más potente. Coger un avión no es lo mismo que un tren, un coche o un autobús. Requiere de que la seguridad sea efectiva. Y para ello es importante que se tenga en cuenta que la formación siempre sea un pilar fundamental.
Estamos seguros de que nuestro país va a seguir dando pasitos hacia delante en todo lo que tiene que ver con la seguridad en los aeropuertos. Por suerte, tenemos mucha experiencia en este sentido y somos un país que se ha tomado muy en serio todo lo que tiene que ver con esto. Por tanto, estamos convencidos de que seguirá sin haber problemas de una gran magnitud en los aeropuertos de todas y cada una de nuestras ciudades. Esta es una de las cosas que más orgullosos y orgullosas nos debe hacer sentir a todos los ciudadanos y ciudadanas de este país.
La próxima vez que vayáis a un aeropuerto, fijaos en todo lo que tiene que ver con la seguridad. Es una de las cuestiones de las que quizá no habríais caído antes, pero que conlleva un montón de trabajo y dinero por parte tanto de algunas empresas privadas como de las instituciones públicas. Ojalá que siga siendo así, algo que por otra parte no dudamos en absoluto. España es una referencia mundial en lo que respecta al tráfico aéreo y tiene toda la pinta de que así lo va a seguir siendo de cara tanto al futuro más inmediato como al que está más enfocado al medio o largo plazo.