El traumatismo dental infantil

El traumatismo dental es muy frecuente en la infancia y la adolescencia, suponiendo un motivo habitual de consulta en los servicios médicos de urgencia. Estadísticamente suele haber dos picos de incidencia relacionados con la edad del niño donde el porcentaje de casos se dispara notablemente.

Por un lado, la franja de edad situada entre los 10 y 24 meses, afectando a los dientes de leche, cuando el niño inicia sus actividades de gateo o bien cuando da sus primeros pasos de forma autónoma, su inseguridad, falta de estabilidad, de coordinación o su falta de miedo y conocimiento ante potenciales peligros provocan accidentes o lesiones que pueden conducir a un traumatismo dental. Por otro lado, se sitúa la franja comprendida entre los 9 y 12 años, cuando el niño comienza la práctica de actividades deportivas de contacto como el futbol, rugby, baloncesto… o juegos de más riesgo como patinetes, monopatines, etc.

El porcentaje de traumatismos dental es alto, pues se estima que el 50 % de niños con dientes de leche habrá sufrido algún tipo de traumatismo dental antes del fin de los estudios primarios, mientras que en personas adultas el porcentaje de traumatismos ha ido aumentando en los últimos tiempos, pasando de un 20 – 30 % en los años 90, hasta el 20 – 58 % en años posteriores.

Ante un traumatismo los padres deben actuar en el menor tiempo posible y siempre tratando de mantener la calma, con el fin de evitar el empeoramiento del pronóstico médico o el agravamiento y complicaciones de la posible lesión. Para lo cual el primer paso es inspeccionar la zona para descartar que exista algún cuerpo extraño en la boca o heridas que provoquen un abundante sangrado. En este caso se debe enjuagar la boca con agua a temperatura ambiente aplicando presión para detener la hemorragia, y acudir inmediatamente a un centro odontológico donde su especialista realizará la exploración clínica dental y pruebas complementarias para valorar la lesión, tal y como nos recuerdan desde el Consejo de dentistas, quienes trabajan cada día para que los ciudadanos de nuestro país tengan acceso a una atención odontológica de calidad, segura, adecuada y asequible.

Hoy en día, además, sabemos que una primera exploración dental deberá comprender los siguientes puntos:

  • Inspección y palpación. Comenzará con los tejidos blandos extraorales y el hueso subyacente, prosiguiendo con los tejidos blandos y huesos intraorales, con el fin de determinar si existen heridas penetrantes o presencia de cuerpos extraños. Así mismo, se deberá observar la alineación de las coronas dentarias, un posible desplazamiento de las piezas dentales o si existen daños en las piezas dentales. En caso de que esta inspección y palpación sea muy dolorosa se realizará con anestesia local.
  • Movilidad: la movilidad se explora con 2 dedos o con 2 instrumentos, uno por cada lado de la pieza, su objetivo es evaluar el nivel de separación, sobre todo en un plano axial, que presenta el diente con respecto a su espacio alveolar. El grado de movilidad se categoriza en 0= no movilidad, 1=movilidad horizontal < 1mm, 2= movilidad horizontal > 1mm, 3=movilidad axial y nos ayuda para saber el tipo de luxación.
  • Prueba de vitalidad o sensibilidad pulpar: evalúa el daño producido, pudiéndose realizar esta evaluación con técnicas eléctricas o térmicas, teniendo en cuenta que en el momento agudo son de poca utilidad, de igual modo que ante raíces no totalmente formadas. Cuando existe dolor espontáneo y persistente, hipersensibilidad a la percusión o palpación, movilidad dentaria, fístula de drenaje, lesiones radiográficas evidentes o aspecto pulpar fragmentado, con color granate y hemorragia abundante, estamos ante una situación de daño pulpar.

Las piezas más frecuentemente afectadas por traumatismos son: los incisivos centrales superiores, con el 80 % de los casos, seguido de los incisivos laterales superiores y con menor frecuencia los incisivos centrales inferiores.

La caries infantil

La caries es otra de las causas que mayores consultas dentales infantiles ocasionan. La caries, se entiende, la destrucción de los tejidos duros de los dientes, causando un daño en la superficie o esmalte del diente. Su origen en los dientes de leche se debe a diferentes causas: introducción de líquidos azucarados en el biberón, quedarse dormido succionando el biberón, bebidas a base de zumos de frutas, golosinas, dulces, etc. lo que hace que una parte de estos alimentos azucarados quede sobre la superficie dental produciendo ácidos que atacan y destruyen el esmalte dental, por lo que se recomienda cambiar los hábitos alimentarios, evitando los azúcares y manteniendo una estricta higiene dental.

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